Capitulo 27

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*I D I O T A *

Me encontraba lamentando mi desgracia en el escritorio del estudio. No comprendía el por que… Había tratado de verlo de cómo Bill lo hacia, pero ni así comprendía. ¿Acaso era demasiado ingenua? Viendo del lado de Bill, el puso estar obligado a hacerlo. Tal vez Bill no había tenido otra opción. Le habían dicho que le hiciera y por ende el tenia que obedecer. Si, así era este negocio, era sucio y mentiroso. Los artistas solo éramos como muñecos de los managers. Hacíamos lo que ellos nos pedían, lo que nos convenía…
Volví a mirar el papel que tenia enfrente, solo habían rayones que yo había hecho del enojo. 
Tal vez me estaba haciendo la victima, pero es que me dolían. Todas las pocas salidas con Bill habían sido mentira, el beso había sido un farsa completa. ¿Por qué Bill era tan buen actor? 
Como podíamos estar en un final si ni siquiera había un comienzo. Yo tenia que aprender a el saber que el no me quería. Solo era cuestión de tiempo y todo pasaría. Yo me habría olvidado de todo esto que ni siquiera paso, solo en mi mente, en unos meses estaría burlándome de mi comportamiento tan infantil. 
Solo era de tiempo…
Dicen que el tiempo lo cura todo, pues puede curar las heridas hechas por Bill. ¿No? 
Un día, tal vez llame su atención, pero esa vez la diferencia será que ya no lo querré. Porque un día yo tuve un mundo de oportunidades para el, y el desperdicio…
Ojala ese día pasara, el día en que Bill me quisiera. Tal vez no será de la noche a la mañana, pero espero que suceda. 
Me estaba contradiciendo yo misma. Quería odiarlo pero no podía, yo lo quería y todos se habían dado cuenta. Bill podía hacerme sufrir tanto, como ahorita, y… no importaba, eso no quitaría mis esperanzas.
¡Que bajo había caído!
Siempre había pensado que el amor seria bonito, pero en cuanto me llego, vi que esta equivocada. 

-Megan. – oí la puerta cerrarse. Conocía esa voz, sabia quien era. La piel se me erizo ahora… ¿Qué hacia?... Era mejor no mirar al proveniente de esta voz.- ¿Me pudo sentar? –pregunto jalando la silla que estaba junto a mi. El corazón se me empezó a apresurar, tenia miedo de lo que fuera a pasar… Respondí encogiéndome los hombros. No me daba igual si se sentara o no… pero por lo menos tenía que disimular un poco. Senti el contacto de su mano con la mia al el hacer un intento de coger la pagina que yo tenia manchada. Cerre los ojos tan rápido queia que mi corazón parara de latir a la velocidad que lo hacia. Lo voltee a ver, este miraba fijamente el papel.
-¿Qué quieres? –espete molesta. Y es que como no lo iba a estar. ¿Por qué Bill venia a donde yo estaba? ¿Para ver que bajo había caído? O tal vez ¿burlase de mi? O viene a engañarme de nuevo….
La ultima posibilidad era la mas segura, o al menos la que yo creía la mas obvia. Bill no me había respondido mi pregunta. Se quedaba viendo fijo a la papeleta con mis inútiles manchones.
-¿Por qué lo hiciste? –Pregunte. Era incomodo yo preguntarle y el no me respondía. Solo me miraba como si yo estuviese loca. Solo me tenía que pedir perdón y yo lo perdonaba y listo. Pero Bill hacia las cosas a lo difícil. No me explicaba y venia a ‘hablar’ conmigo como si nada. Si me hubiera dicho solo un palabra y yo lo hubiera perdonado como una idiota 
¡UNA!
¿Por qué era tan difícil? O tal vez Bill y yo lo hacíamos difícil. Aun que yo no lo hacia difícil o ¿si? No IMPOSIBLE Enfrente de Bill era la persona más idiota que podía haber existido.- No me vas a decir…–Lo confirme. El flacucho solo se me quedo viendo. Me estaba haciendo perder la paciencia. Tenia derecho a saber y el no me decía ni ‘ pio’ Role los ojos a tal punto que quedaron en blanco y me levante de la silla dejando a Bill solo.-idiota. –Dije par mi misma susurrando mientras empezaba a caminar a la puerta de salida. 
-No soy idiota. –Se defendió. Había oído…
-Ni siquiera lo dije para ti. –Hable con odio, fulminándolo con la mirada.
-¿y entonces para quien? –se callo. Era obvio que no me creía. Su tono de voz era de un tono bastante sarcástico.- ¿para el aire? –Dijo aun más irónico… ¡y a este que le importaba!
-para mi…– Grite para luego seguir caminando hacia la salida. Cuando abrí la puerta se me ocurrió decirle algo… Estando del otro lado de la puerta hable.- Soy idita, pero tu también lo eres así que no me reclames…–cerré la puerta y me fui, con un poco de dignidad. Esta vez ya no le iba a seguir el juego. ¡JAMAS! 

Se que no fue gran cosa mi insulto, pero no tenia ganas d pensar en uno…Tampoco quería armar una pelea con el... Nada de eso. Quería estar en paz con el mundo. Me haba salido mi lado hippie...