Capitulo 31

Gracias alas qe dejan sus comments<3’ & qe malas a las qe no ._.’ oknot.. La PO escribió, y ella me hiso hacer este capítulo, yo no lo hubiera hecho hoy & tal vez hubiera qedado diferente si lo hacia mañana… c:

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*¿Nos podemos ir?*

Fui casi que corriendo a la mesa. Bill se había quedado en la puerta del baño de mujeres…
Mi rostro estaba lleno de lágrimas para cuando llegue a la mesa, Mi abuelo, hermano y mama se me quedaron viendo con temor de que me había pasado algo.
Mama se levantó y me abrazo. Su cálido abrazo no funcionaba, no me reconfortaba, como todas las veces que ella me había abrazado.
Abrace a mi mama con todas mis fuerzas. No se cómo pude sacar el valor de hablar solo para decir:

-¿Nos podemos ir? –

-Si…–el abuelo se levantó de la mesa y fue a donde una mesera, seguro a pagar por la comida que ni siquiera nos la habían traído. Evan se levantó de su silla para abrazar me a mí y a mama.- No lo sabía, lo siento. –Mama se disculpó sin moverse de posición. Los abrace más fuerte, cerré los ojos pensando que esto ya iba a terminar. ¿Me mordí los labios para no sollozar enfrente de mi mama y mi hermano, pero aun con el labio mordido lastimosamente, solloce.

Querer algo con Bill me ponía más débil. El me debilitaba con su bipolaridad…

Esperamos alrededor de unos siete minutos, Evan ya había soltado a mama pero yo no. No quería que nadie me viera la cara roja que tenía.

-bueno. –Una voz masculina vieja oí. Abrí los ojos y me despegue de mama, era el abuelo. Mi mirada se fijó en los baños ahí venia. El corazón desenfrenado empezó a latir. Cuando se acercó lo suficiente y estuvo enfrente de nosotros dijo:

-Mira, si quieres, yo me voy en un taxi…–En la voz se le notaba dolido. Las ganas de llorar vinieron de nuevo. Ahora solo lo quería abrazar, o incluso… ¿Besarlo? No me importaba que él me hubiera usado, o si me seguía usando.
Claro, eso no pasaba mas que de mis pensamientos. El ambiente se notaba tenso, mama no sabia que decir no articula ni una palabra…Negó con la cabeza.

-No, Vente con nosotros, Yo te saque del estudio. –se encogió de hombros. –yo te llevo al estudio donde tienes tu auto… ¿verdad? –Bill asintió con una sonrisa fingida trazada en su rostro. Levante la mirada para encontrarme con sus ojos,-Bueno vamos. –Mama, el abuelo y Evan fueron caminando adelante. Pero yo tenía mis ojos clavados en los de Bill.

-¿Qué quieres? –Dije en un tono bastante cansado. Bill no me respondió, solo se me quedo mirando. Se veía dolido me daba algo de lastima al igual que yo me daba lastima. No quería verlo me iba a hacer algo que yo cambiase de opinión y…

-Nada. –También su tono de voz era cansado. Interrumpiendo mis pensamientos dejó de verme y empezó a caminar. Imite su acto y camine de tras de el, cabizbaja. Suspire.
Salimos del restaurante y nos fuimos en el carro de mama. No subimos así: de piloto mama, copiloto el abuelo. Atrás estábamos Evan, Bill y yo.

Había parado de llorar.
Y mientras el carro caminaba me empezaba a dar tranquilidad junto con sueño. Seguro y era por el llanto. Sin querer mi cabeza fue cayendo hacia la ventana cerrando los ojos lentamente.
Me estaba dando sueño y de unos minutos para acá quedaría dormida. Decidí no darle más vueltas al asunto y tratar de dormirme.
Mi sueño fue interrumpido por el calor que hacía en mi mano. Abrí los ojos y mi vista fue dirigida hacia mi mano.
La sonrisa tonta aparecía en mi rostro… Bill tenía su mano entrelazada con la mía. Sentí cosas en el estómago, no me agradaban… por enésima vez.
Solo esta vez no le iba a reclamar, tenía sueño y me vencía.
Mire a Bill con los ojos entrecerrados.
Se veía que yo estaba despierta, moví la mano solo para ver que hacia Bill. En cuanto la moví la entrelazo de nuevo, reí a su acto, me miro y también rio suavecito, casi ni se notó que nos habíamos reído ya que el ambiente estaba tenso.
Segundos después cerré los ojos sentí algo en mi mano puyudo, sabía que era Bill pero ahí lo deje.

…

-Megan levántate, colegio, vamos tarde. –Me levante de mi cama. No me acordaba de como había quedado aquí. Y seriamente poco me importaba. Me rasque la frente. En mi mano ¿había algo escrito?… abrí bien los ojos y era definitivo, Había algo escrito.

¡Corazón, estomago calmados!

“No te estoy mintiendo, te quiero…Bill”

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